2020: Un año inolvidable para las sensaciones y motivaciones de todo un planeta
Por Laura
Kulfas, especial para la Asociación Argentina de Marketing en su 55ºaniversario.
Y sí, pasó
volando y nos aterrizó encima un cisne negro gigantesco, con alas que se
extendieron de Wuhan a Buenos Aires en muy poco tiempo. Si en tiempos normales
las artes, en cualquiera de sus expresiones, nos ayudan a encontrar
inspiración y esperanza en el futuro, en tiempos difíciles se potencia su
importancia en el día a día de millones de personas que están encerradas en sus
casas y que están encontrando consuelo en las redes sociales.
Vivimos en un
mundo de consumidores que cada día desean y buscan nuevas experiencias, que
preferentemente superen las anteriormente vividas. Y el marketing cultural es
una gran herramienta para crear esas experiencias, reuniendo a marcas, artistas
y consumidores en torno a ideas inspiradoras y gratificantes. ¿Pero ante este aislamiento
que ya sentimos eterno, qué se puede hacer al respecto?
Museos, galerías, teatros, casas de ópera, centros culturales, empresas productoras de servicios, productos y contenidos culturales, artistas independientes, y colectivos artísticos en todo el mundo están trabajando a puertas cerradas mientras tratan de entender que está sucediendo y cómo retomar la normalidad en el corto o mediano plazo. Hay pérdidas incalculables, no sólo económicas, sino también de oportunidades de conexión con sus públicos y sus fans. El paso a la virtualidad de las redes no es un proceso sencillo para muchos, y quien sabe, tal vez determine el fin de aquellos que no logren adaptarse a esta realidad (que lejos de ser nueva, es cada vez más relevante).
Hay tres
protagonistas en el marketing cultural: Los creadores y productores de
contenidos artísticos, las marcas con las que comparten valores afines, y sus
públicos. Hoy, los tres posiblemente
estén enfrentando las mismas sensaciones: El
impacto ante lo repentino y desconocido, un pánico inicial ante una sorpresa
totalmente inesperada, la incredulidad ante un hecho tan disruptivo que nos ha
cambiado la vida cotidiana al 100%, el temor al futuro y la contracción de
actividades que tienen influencia directa en el futuro de todos. ¿Pesimismo sin
retorno, digno del guión de una nueva película distópica?
Por suerte,
pareciera que no es tan así. Muy rápidamente, los actores culturales se han
puesto a trabajar en aquello que saben hacer tan, pero tan bien: En ser
creativos e inspiradores. Museos de todo
el mundo, incluyendo algunos relativamente ignotos, ven crecer el interés en
sus colecciones gracias a los contenidos que suben a sus redes. Bailarines y
músicos, que deben practicar todos los días aunque los telones de los
escenarios estén cerrados, comparten su know-how
y arte de diferentes maneras atractivas para públicos cautivos y nuevos.
Pintores y escritores, escenógrafos y productores, por mencionar a algunos, se
mantienen online cerca de sus fans, y llegando a nuevos seguidores.
Una buena
pregunta en estos tiempos tan raros es si las marcas tomarán esta crisis como
una gran oportunidad para estar más
cerca de sus consumidores, aprovechando
las motivaciones que brinda la actividad cultural: Las artes inspiran, emocionan y apasionan;
educan, estimulan y nos desafían permanentemente; entretienen y divierten; construyen, preservan y ayudan; nos hacen conocer y entender a quienes son
diferentes a nosotros, nos tornan más tolerantes, nos ayudan a tomar mejores
decisiones, a colaborar y co-crear con otros, a diversificarnos y a ampliar
nuestros horizontes.
Estamos en
momentos para ser prácticos, aprovechando al máximo los recursos limitados que
todos tenemos ahora, pero también para
repensar nuestras estrategias de marketing con vistas al futuro post-Covid19,
de forma equilibrada y sustentable.
El pintor y
teórico del arte Wladimir Kandinsky escribió hace unos 100 años que una obra de
arte es hija de su tiempo y madre de nuestras emociones. En estos tiempos,
artistas en todo el mundo siguen dedicándose a lo suyo, bajo las más
complicadas circunstancias. El arte en todas sus formas nos inspira, educa,
desafía y une, sin importar en dónde estemos. El mundo artístico está
respondiendo a esta crisis sanitaria en formas antes nunca vistas. Si las
marcas que apoyan la actividad artística reafirman su apoyo, una vez superado
este inmenso e inesperado desafío global, los resultados seguramente
sorprenderán a todos. Porque al final, como bien mencionara muchas décadas
después de Kandisky el referente indiscutido en economía de la cultura, David
Throsby, “Pase lo que pase con la economía, las artes siempre estarán”.
Al
cumplirse los 55 años de la Asociación Argentina de Marketing, 2020 será sin
dudas un año inolvidable, porque tal vez el Covid19 logre que una nueva
creatividad nazca de lo impensado, fortaleciéndonos y logrando ese equilibrio
sustentable que todos ansiamos lograr.