En un nuevo ejemplo de falta de sensibilidad hacia una tradición artesanal ajena, sumado a que hoy, gracias a la tecnología, es prácticamente imposible copiarla sin que nadie lo sepa, Louis Vuitton protagonizó un nuevo episodio de diseño tomado "prestado" (más delicado que decir "plagiado").
La empresa firmó recientemente un acuerdo con el gobierno rumano a raíz del escándalo resultante de apropiación cultural de una prenda típica rumana. La blusa tradicional ‘ie’ es un símbolo de las antiguas tradiciones textiles del país y la marca se habría inspirado en ella como parte de su última colección.
Vuitton debió pedir disculpas en Paris a los embajadores de Rumania y de la Unesco, y retirar de la venta la blusa. El gobierno rumano, involucrado desde el inicio en el controvertido tema, solicitó que se reconociera el valor patrimonial y cultural de la prenda, a través del convenio de colaboración con la marca francesa para organizar una serie de eventos con el fin de promover sus tradiciones en diversos países.