Rossini, Vik Muniz, Mondongo, Elafur Oliasson, son apenas algunos de los artistas que han encontrado que hay una profunda conexión entre el acto de comer y
su propia producción artística. Los grandes museos del mundo también lo han entendido, estableciendo cafés y restaurantes que cada día crecen en la sofisticación de sus ofertas culinarias.
Ya sea inspirando platos que pasaron a la historia,
usando elementos de comida para realizar obras, o abriendo restaurantes, la relación entre arte y comida deja de ser nueva, pero no por eso deja de sorprendernos.
Los admiradores de Takashi Murakami encuentran
desde el año pasado en Bar Zingaro, en Japón, un espacio para degustar literalmente la floral marca
superflat del artista.
.