miércoles, 10 de junio de 2020

Arte y comida

Rossini, Vik Muniz, Mondongo, Elafur Oliasson, son apenas algunos de los artistas que han encontrado que hay una profunda conexión entre el acto de comer y su propia producción artística. Los grandes museos del mundo también lo han entendido, estableciendo cafés y restaurantes  que cada día crecen en la sofisticación de sus ofertas culinarias.




Ya sea inspirando platos que pasaron a la historia, usando elementos de comida para realizar obras, o abriendo restaurantes, la relación entre arte y comida deja de ser nueva, pero no por eso deja de sorprendernos.



Los admiradores de Takashi Murakami encuentran desde el año pasado en Bar Zingaro, en Japón,  un espacio para degustar literalmente la floral marca superflat del artista. 


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Los colores de la infancia, en alianzas impensadas




Los crayones Crayola son, para mi, sinónimo de mis primeras incursiones artísticas, de colores, de vitalidad y alegría infantil. La marca ha captado con gran inteligencia esos valores y ha co-creado con otras empresas productos exitosos que nos retrotraen a esos sentimientos del pasado que nos conectan con nuestras historias personales.

Clinique, Vans, Lip Smacker, Sally Hansen, y Bloomingdale's son  algunos ejemplos que nos muesran claramente cómo se pueden comparir valores entre productos que parecen tan disímiles pero que tienen mucho en común. Un buen caso para recordar que a veces las alianzas no son tan obvias como parecen y es posible encontrar aliados en mercados lejanos a primera vista.